viernes, octubre 28, 2016

Retomando la sexualidad después de un divorcio

Retomando la sexualidad después de un divorcio

laprensalibre.cr

La semana pasada hablábamos sobre retomar la sexualidad después de la pérdida de un cónyuge, pero ¿qué pasa si el estado civil no es la viudez sino el divorcio? Tendría ciertas cosas en común y ciertas diferencias, como el hecho de que un acontecimiento es arbitrario, mientras que el otro es una decisión de una de las personas o la pareja en sí.

Repito (como se mencionó la semana anterior), es claro que somos seres sexuales durante toda la vida. Influye, pero no determina la edad de una persona, ni el estado civil; sin embargo, un divorcio puede impactar la vida sexual de una persona, depende mucho de la dinámica, el contexto y los sentimientos (así como pensamientos) asociados con este episodio. Puede inclusive pausar el deseo sexual.

Lo importante es entender que la sexualidad es algo que construimos en pareja, pero que nace en nuestra condición individual. Y es desde allí desde donde surge y se potencia, el eje de la sexualidad somos nosotras y nosotros mismos, y luego decidimos si compartimos esa sexualidad con alguien más o no. Por tanto no debería estar acabada nuestra vida sexual como sí lo está nuestra vida matrimonial.

Pero es vital luego de un divorcio darse el tiempo prudente para sanar heridas, no es para nada recomendable comenzar a buscar personas para “tapar” la falta de afecto y experiencias sexuales en pareja que se han perdido, sin embargo, sí lo es distraerse y abrirse a nuevas vivencias y personas que puedan contribuir a resignificar la experiencia, este es un momento para dejarnos consentir, las redes de apoyo son vitales, claramente siempre teniendo plena conciencia y respeto por nuestra etapa de duelo y sentimientos en el proceso de cerrar este capítulo que puede resultar doloroso.

Como se  da un reacomodo de vida, se deben concentrar esfuerzos en recuperar la cotidianidad, y el trabajar mucho el amor personal, es esto una prioridad, ya que muchas veces un episodio de divorcio o separación llega a calar inclusive en la autoestima de los involucrados. Y es desde este amor propio desde donde se toman mejores decisiones sobre nuestra vida emocional y sexual, y desde donde se “renace” luego del sufrimiento.

Nunca se debe ejercer presión por involucrarse sexual o emocionalmente de nuevo, es esta una posibilidad que se irá dando, fluida y orgánicamente a medida que nos abrimos, pero siendo siempre trasparentes y sinceros con nosotros y nosotras mismas. La confianza en el otro es un proceso que se debe respetar también, si bien es cierto no nos debemos cerrar, y evaluar a todas las personas por los errores de otras; es válido cuidarnos, y no comenzar una nueva relación sexual o emocional si aún no se siente que es el momento. El amor de la pareja que se fue nunca debe buscarse en otra persona, está allí en nosotras y nosotros mismos.
 

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