lunes, marzo 27, 2017

Se arriesga en la sexualidad porque se ha perdido el miedo [27-3-17]


“Se arriesga en la sexualidad porque se ha perdido el miedo”

El catedrático de Psicología de la Sexualidad Félix López alerta sobre el “ocio de alto riesgo”

¿Por qué los seres humanos tendemos, con relativa frecuencia, a asumir riesgos y especialmente en el campo de la sexualidad? Esta fue la pregunta a la que Félix López, catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca, se enfrentó ayer en el XVII Congreso Nacional sobre el Sida e ITS.

¿Cómo es posible que con la información y el acceso que hay en la actualidad a medidas preventivas, estén aumentando los contagios de enfermedades de transmisión sexual? López explicó que buena parte del problema es la propia condición humana, que es racional pero no “asegura el obrar bien”. Asimismo añadió que es sexuada. “La sexualidad es una pulsión muy fuerte y altamente premiada por la naturaleza”, apuntó. Por eso, “cuando la mente debe analizar entre un placer inmediato y un riesgo, que no es seguro y que aparecerá en el futuro, la probabilidad de no ser coherentes y asumir riesgos es muy elevada”, detalló el catedrático. A eso hay que sumarle la pérdida de miedo causada por la investigación, que ha conseguido hacer de “problemas fatales, problemas crónicos”.

La conducta sexual humana no es fácil si no se planifica. Pero es que además estamos en una sociedad que “la guarda en silencio”, tanto en el ámbito de la familia, como en el escolar y en el mundo sanitario. “Eso hace muy difícil que cuando dos personas se encuentran en una relación ocasional, se pongan a hablar abiertamente”, reveló.

Asimismo, este experto aseguró que los viejos mitos sobre sexualidad han sido sustituidos por los nuevos. Puso como ejemplo que “hemos pasado de decir que la sexualidad es mala a decir que es obligatoria para una buena salud”. “Hemos pasado de la sexualidad convencional, a la necesidad de experimentación”, manifestó, o a identificar el placer con la felicidad. “Pero no es así, y presiona hacia un consumo casi compulsivo”, completó.

En esta sociedad de mercado, se divide la vida en “tiempo de sufrimiento y tiempo de placer”. “El tiempo de ocio lo convertimos en tiempo de locura, y gran parte de la población lo hemos asociado a la necesidad de consumir alcohol y una parte, también drogas. Es un ocio de alto riesgo”, apuntó López. En este contexto, con una sexualidad cuya dinámica es compleja, y si además no existe comunicación, “es muy difícil que controlemos los riesgos”. Por eso, animó a “educar a la sociedad para que haga lo que quiera, pero con responsabilidad”. - A.Z.

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