domingo, octubre 30, 2016

Sexualidad: Las fantasías comienzan con tu imaginación [30-10-16]


Sexualidad: Las fantasías comienzan con tu imaginación

Con ellas encuentras una buena manera de romper la rutina erótica para dar cabida a la novedad, la creatividad, ese "ingrediente sorpresa" tan beneficioso para aumentar el deseo y satisfacción sexual. Con la imaginación creamos escenas donde se agrupan una serie de elementos con mayor o menor contenido erótico, despertando reacciones diferentes, pudiendo así, modificar la respuesta sexual tanto fisiológica como psicológicamente, dice Julieta López,

La imaginación es extremadamente poderosa: la mente es una herramienta muy útil dentro de la sexualidad. Todos fantaseamos, ya sea consciente o inconscientemente, y se trata de un comportamiento totalmente normal. Una fantasía sexual es, de acuerdo a una definición tradicional, la imagen mental que podemos crear respecto a una persona, objeto o situación que puede provocarnos excitación sexual. Estas ideas o pensamientos creados pueden ser de experiencias pasadas o imaginados de experiencias con terceros. A menudo, sin embargo, se trata de una combinación de ambas.

Con las fantasías encuentras una buena manera de romper la rutina sexual para dar cabida a la novedad, la creatividad, ese "ingrediente sorpresa" tan beneficioso para aumentar el deseo y satisfacción sexual. Con la imaginación creamos las fantasías sexuales, escenas donde se agrupan una serie de elementos con mayor o menor contenido erótico, despertando reacciones diferentes, pudiendo así, modificar la respuesta sexual tanto fisiológica como psicológicamente.

¿Quién no ha fantaseado alguna vez? La cuestión está en cómo se perciben estas fantasías. Hay quien las experimenta como inmorales, desconcertantes e incómodas dando como resultado culpabilidad, vergüenza y aumento de ansiedad, alterando la respuesta sexual de manera negativa y teniendo como consecuencia la reducción del deseo. Sin embargo, frecuentemente se viven como placenteras y excitantes, potenciando la excitación, el placer y modificando la respuesta sexual de manera muy positiva.

La fantasía sexual podría considerarse sinónimo de absoluta libertad porque en su mundo, sencillamente ¡No hay reglas! Por fortuna todavía no se ha inventado ningún tipo de aparato que pueda leer la mente, por lo que somos libres de inventar las situaciones más impensables, insólitas y excitantes que podamos imaginar.

La fantasía sexual otorga absoluto control a la persona en ese preciso momento, quien fantasea es el director de su película y la escena final de esa peli es perfecta. Allí no existe la fastidiosa celulitis, los calambres ¡ni los malos olores!... desaparecen como por arte de magia. En las fantasías nuestras parejas saben exactamente cómo, cuándo y de qué manera deben tocarnos, besarnos, hablarnos, acariciarnos, chuparnos y en ocasiones hasta mordernos para provocar los más altos niveles de excitación y placer... porque precisamente somos nosotros mismos quienes estamos dirigiendo el espectáculo. Maravilloso ¿no te parece?

Existiendo esta absoluta libertad de pensamiento y total seguridad de que tus fantasías son privadas (hasta que, claro está, decidas contársela a alguien), suele darse el caso de que puedan salirse rápidamente del parámetro del comportamiento sexual aceptado en nuestra sociedad. Ten en cuenta entonces que nuestros pensamientos no nos definen, no nos hacen personas denigrantes, perversas, sucias ni malas. El fantasear sobre alguna práctica sexual en particular no quiere decir que realmente desees experimentar ese comportamiento ni que disfrutarías de ese comportamiento en la vida real.

Muchas personas experimentan sentimientos de culpabilidad como consecuencias de sus propias fantasías sexuales. Estos sentimientos suelen surgir debido a enseñanzas religiosas o mensajes sociales que definen el sexo y sobre todo el placer sexual, como algo "sucio". También puede darse el caso de que el sentimiento de culpabilidad se relacione con la fantasía en particular. Por ejemplo, si la fantasía incluye comportamientos que la persona define como incorrectos o inmorales, como en el caso de una fantasía donde se es infiel o que incluye comportamientos homosexuales, puede sentir culpabilidad o incomodidad.

La clave está en decidir que sí se puede disfrutar de una fantasía y que el hecho de imaginarlo, no constituye riesgo de que aquello se extrapole a la realidad.

El objetivo principal de las fantasías sexuales es aumentar la excitación sexual. Deja volar tu imaginación y fluir los sentimientos sexuales. No te censures, son privadas y ficticias y nadie puede conocerlas si tú no quieres... Sólo estás fantaseando... ¡No conlleva necesariamente querer llevarla a cabo! Descubre lo que te excita, te pone a tono, te hace vibrar... a lo mejor es precisamente lo prohibido, el morbo, lo que aumenta esa excitación. Atrévete a fantasear el límite lo pones tú. Adelante...
 

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