miércoles, diciembre 14, 2016

Menopausia y sexualidad [14-12-16]


Menopausia y sexualidad

La prolongación del goce sexual

La culminación de la vida reproductiva no significa necesariamente el fin de la vida sexual de la mujer. Por el contrario, es precisamente durante este período en donde llega a incrementarse el deseo sexual, ahora sin la posibilidad de un embarazo no deseado. Asimismo, para aquellas mujeres que presentan deficiencia en la producción de hormonas sexuales, existen alternativas médicas para su recuperación.

Existen muchas falsas creencias respecto a la menopausia en relación con la vida sexual de la mujer. La menopausia o pérdida de la producción ovárica, marca el término de la vida reproductiva, pero de ninguna manera representa el final del goce sexual. Al contrario, en algunas mujeres esto llega a incrementarse, y para aquellas que presentan dificultad para mantener el deseo y el goce sexual, existen alternativas médicas para recuperarlo e, incluso, incrementarlo, ahora sin la posibilidad de un embarazo no deseado.

DEFINICIÓN


La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la menopausia natural como el cese permanente de la menstruación, que resulta de la disminución o término de la actividad ovárica folicular. La menopausia natural se reconoce una vez que han transcurrido doce meses consecutivos de amenorrea desde la última menstruación, sin que existan causas fisiológicas o patológicas.

Al período inmediatamente previo a la menopausia se le denomina «perimenopausia», donde dan comienzo los cambios endocrinológicos (disminución de estrógenos), biológicos y clínicos entre los que destacan: bochornos y sudoraciones nocturnas de aparición intermitente, disminución de la calidad del sueño y fácil irritabilidad.

Durante la menopausia y doce meses después de la amenorrea o pérdida de la menstruación de manera espontanea, la vida sexual de la mujer puede verse afectada por atrofia vaginal, dolor durante la penetración vaginal, disminución del apetito sexual, deficiente o nula lubricación vaginal, dificultad para lograr la excitación sexual y el clímax.

Usualmente, la mujer experimenta ansiedad, nerviosismo y frustración ante estos síntomas, lo que dificulta su vida relacional en pareja. La atención temprana de este cambio natural en la mujer, le hará más cómoda la transición de una vida sexual reproductiva a una sexual placentera y gozosa.

MUJERES DE MÁS DE CUARENTA


La realidad psicosexual actual ha sido modificada por la influencia del internet y las redes sociales, en donde las mujeres expresan sus fantasías sexuales con libertad y entusiasmo. La libertad del goce sexual después de haber concluido el ciclo reproductivo, se suma a las experiencias compartidas de la vida en pareja.

Muchas mujeres han roto con matrimonios desafortunados luego de la menopausia; han vivido relaciones sin compromiso, fincadas únicamente en el placer; están cansadas de esperar a que su pareja sea quien decida cómo y qué hacer durante el intercurso sexual, aunado a que su capacidad de excitarse sexualmente es conocida a fondo. Ya no son manipulables, exigen su parte del placer sexual, y ya no tienen el inconveniente de un embarazo inoportuno. Actualmente, muchas mujeres de cuarenta años están dispuestas a disfrutar lo que en los veinte no hicieron, ahora con experiencia acumulada.

DIFICULTADES Y SOLUCIONES

La deficiencia estrogénica influye de manera definitiva en el deseo sexual y la capacidad de iniciar la excitación y alcanzar el orgasmo. Cuando la mujer menopáusica ya no logra excitarse a la primera caricia de su compañero sexual, pese a amarlo y desearlo, entonces la nube del temor a estar «mal» atraviesa por su mente.

Su excitabilidad sexual disminuida puede obligarla a buscar una solución a la mano, fingiendo que las cosas están igual que siempre, aunque en su interior la incertidumbre la agite. La deficiencia en la producción de hormonas sexuales puede y debe ser atendida medicamente, de tal manera que estas incomodidades no afecten su intimidad.

La visita al especialista en ginecología y endocrinología harán el cambio con una terapia hormonal sustitutiva. Lo que la naturaleza ya no proporciona, la ciencia médica lo sustituye. Esta solución científica devolverá la pasión orgásmica que antes disfrutaba.

Si la vagina se siente reseca y hay dolor durante la penetración, la aplicación de terapia estrogénica local es la mejor alternativa.

Sin embargo, es importante mencionar que siempre que se utilicen hormonas de sustitución, existe la probabilidad de una reacción o efecto indeseable. Por tal motivo, muchas mujeres deciden no arriesgarse utilizándolas y mejor recurren a una terapia no hormonal. La primera alternativa es cambiar el estilo de vida haciendo caminatas, ejercicio al aire libre, bajar de peso, dejar de fumar, usar ropa ligera (para enfrentar mejor los bochornos), y evitar bebidas calientes o alimentos picantes.

Una opción es la acupuntura, la cual ha dado buenos resultados en el manejo de las emociones encontradas, y el síndrome vasomotor o bochorno. Asimismo, el trébol rojo es una alternativa natural para combatir el síndrome vasomotor, así como la vitamina E 800 UI durante el día.

El uso de fármacos que disminuyen las molestias o incomodidades comunes durante la menopausia, son alternativas eficaces para mejorar la calidad de vida de la mujer en esta etapa.

RENOVANDO EL PLACER SEXUAL

Queda claro que el cambio estrogénico pasa factura en la vida sexual y emocional de la mujer. La excitación y la libido pueden disminuir, pero no necesariamente terminar. Existen alternativas para disminuir los efectos adversos o indeseables de este cambio natural: la terapia hormonal sustitutiva, así como técnicas médicas alternativas o complementarias, pueden dar la relajación mental y física requerida.

Del mismo modo, la practica constante de actividades físicas como caminata, yoga o meditación, contribuirán a serenar la mente y aligerar el estrés acumulado en este período.

La vida sexual de la mujer se renueva cuando se deja la actitud pasiva de dejar pasar, y se asume el papel directivo en su propia atención médica y psicológica. La sexualidad de la mujer menopáusica no debe ser de ninguna manera una estación terminal de la vida íntima, sino un replanteamiento de las posibilidades para gozar de manera diferente.

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